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¿Quién dijo que el ETS no era cosa de todos?

  • Última actualización
    25 marzo 2024 05:20

El Régimen de Comercio de Emisión de la UE, aka ETS, en vigor desde el pasado 1 de enero dentro del Fit for 55, regresa a la palestra informativa con nuevos matices. ¿Por qué? Porque a los puertos, empresas y expertos españoles que llevan meses reclamando que se repiense el sistema y presentando alegaciones a su implantación, se unen refuerzos: los estibadores y trabajadores portuarios.

Ya se había escuchado alguna cosa, ya sabíamos que la preocupación por las consecuencias de esta medida estaba en los muelles, pero fue el pasado viernes cuando Coordinadora Estatal de Trabajadores del Mar materializó el run run que sentíamos y presentó un preaviso de huelga para el 3 de abril y, lo más importante: el sindicato no lo hizo solo. Este preaviso daba cumplimiento al acuerdo adoptado en el seno de la European Dockworkers Council (EDC), organización europea integrada por sindicatos de estibadores y trabajadores portuarios de Francia, Eslovenia, Suecia, Dinamarca, Chipre, Malta, Grecia, Montenegro, Italia, Croacia, Portugal y España. Traducción: el problema con el ETS no es cosa de unos españolitos quejicosos y se verbaliza eslabón tras eslabón confirmando su transversalidad e internacionalización. Es más, la huelga coincidirá con una manifestación de EDC en Bruselas.

Y para todos aquellos que no vean la trascendencia de la medida aprobada por la UE, dos apuntes. Uno: que sí, que hay que tomar medidas para reducir la contaminación de las actividades humanas (todas, tanto las económicas como lúdicas), pero desplazar las escalas a puertos no comunitarios cercanos a los europeos no impedirá que la contaminación exista, se reduzca o no afecte a la salud pública europea. Dos: el tráfico marítimo de mercancías seguirá activo (porque ¿qué otra alternativa hay?), solo que lo hará fuera de nuestras fronteras, lastrando los resultados de las empresas y las relaciones laborales.

El problema con el ETS no es cosa de unos españolitos quejicosos y se verbaliza eslabón tras eslabón confirmando su transversalidad e internacionalización

Emperrarse, con la mirada altiva y la certeza del necio, no tiene sentido. Los efectos económicos del régimen de emisiones no se van a poder evitar si no actuamos. Así que ¿ha llegado el momento de escuchar a todas las partes implicadas (como propone Coordinadora, por cierto), hablar de los desvíos y de la menor actividad de los puertos del Mediterráneo, en particular, y de Europa, en general? Sí. No podemos exigir menos que eso: diálogo para consensuar una política portuaria del siglo XXI competitiva y triplemente sostenible (económica, social y ambiental). ¿Montamos un Observatorio sobre el ETS y sus implicaciones para poder ofrecer datos a la Comisión Europea de cara a anticipar posibles medidas para la revisión del sistema que se realizará dentro de dos años, como proponía Gerardo Landaluce, presidente del Puerto de Algeciras? Ok. ¿Activamos una Comisión de Diálogo Social Europeo en materia portuaria que escuche y atienda las necesidades de todos los agentes sociales y económicos, como pide Coordinadora? De acuerdo. Lo que haga falta. La duda es ¿hay alguien en la UE escuchando?

Por cierto, las elecciones europeas están a la vuelta de la esquina. ¿Los puertos y el sector logístico estarán en los programas de los partidos políticos para las europeas? Eh... ¿nos carcajeamos juntos? ¡Venga que es lunes!

Por mucho que el transporte marítimo signifique el 70% del comercio internacional, las propuestas de los partidos para las grandes políticas futuras de la Unión Europea suelen olvidarse de él y no hablemos de la cadena de suministro... Lamentable que, una vez más, la UE no conciba la soberanía logística como estratégica.